lunes, 25 de julio de 2011

Capitulo 1

"SCARLET LAKE" - CAPÍTULO 1:

Narrado por: CASSIE

Mi hermano me estaba esperando en el coche, pitó por tercera vez y decidí bajar de una vez. Había llegado la hora. Un año más en Scarlet Lake. Mi madre me despidió entre lagrimas, no nos volveríamos a ver en varios meses, las visitas semanales que solía hacer se habían acabado. Se iba a Miami, con su familia, a la que no veía en casi veinte años. Alex se lo pagó, con el sueldo que ganó con su trabajo durante el verano.
Subí en el coche, el viaje duró cuatro largas horas. Por suerte, lo había previsto y me había tomado una pastilla que me mantuvo dormida durante todo el trayecto.
Una voz chillona me despertó. Cloe. Ya estabamos en el aparcamiento del internado. Todos los alumnos se saludaban entre ellos, era oficial, volvíamos después de tres meses intensos de vacaciones.
Cloe casi me saca arrastras del coche, estaba muy ilusionada. En cuanto pisé el suelo se me tiró encima LITERALMENTE. Me abrazó fuerte.
- Te eché mucho de menos, Cassie. -me soltó por fin.
- Y yo, y yo. ¿Qué tal el verano? -me coloqué el pelo como pude, ya que el huracán Cloe había arrasado conmigo.
- ¡Genial! Me ligué a un montón de chicos guapos... -fue bajando el tono de voz, como si fuese un secreto.
- Eso era de esperar rubia. ¿Y los demás? -mirándo alrededor en busca del resto.
- En la entrada principal. ¡Notición! Hay un nuevo director, sí, lo sé, te has quedado muertita. Ven conmigo, tenemos que estar todos allí, nos va a soltar un rollo de discurso de bienvenida, las viejas costumbres no se pierden; no como los directores. -me cogió de la mano y me llevó corriendo.
- ¡Oye! ¿Dejas a tu único hermano tan solo por un viejo chocho? -haciéndose el indignado conmigo, corrió tras nosotras para acompañarnos.

En la entrada principal, un hombre trajeado como si fuese miembro de alguna funeraria hablaba con un tono sombrío sobre el nuevo año que iba a comenzar. Dejando de lado su charla, Cloe me llevó a la esquina de los fumadores, el único lugar fuera de la gran mirada inquisitiva del profesorado. Allí estaban todos. Amy, Amine, Hugh, Blake, Dana, Drew, Mike y Kate.
- ¡Hola! -dijeron todos al unísono.
- Buenas gente -contestó Alex, caminó hacia el grupo y chocó las cinco con Drew.
- ¡Hey! Sé que estos meses sin mi han sido un infierno, ¡pero he vuelto! -corrí hacia ellos y me abracé con todos.
- Por cierto, ¿eso de que hay nuevo director va enserio? -pregunté.
- Sí, desgraciadamente. Ese tío no me gusta ni un pelo, tiene cara de malas pulgas... -gruñó Hugh.
- Y un estilo que es para morirse del asco, todo hay que decirlo -añadió Dana.
- Bueno, da igual. ¡Contarme vosotros! ¿Qué tal todo? ¿Novedades? -cambié de tema.
- Yo me puse mechas moradas, y ahora soy más...
- Más mujer -concluyó Kate- ¡Si ya tienes mi talla de sujetador y todo!
- Cállate -dijo Amy, maldiciendo entre dientes.
- En fin, yo me quité el aparato. Gracias por haberlo notado -enfurruñada.
- ¡Es cierto! -miré la boca de Cloe, estaba muy bien lograda- ¡Enhorabuena!
- Si si, ahora -me sacó la lengua.
- Yo crecí un poco -comentó sonrojado Mike.
- A ti lo que te pasa es que te creció la cabeza y ganaste centímetros -respondió burlándose Blake.
- Bueno, también fue a hablar el más indicado... -murmuré.
- Te he oído, pequeñaja -clavando su mirada en mi, medio indignado.
- Normal, con lo grande que es tu cabeza debe de tener una acústica increíble -reí.
- Yo un día te mato... -se rascó la cabeza, suspirando.
- Te mato yo a ti antes cabezón -sonrió de lado Alex, que estaba apollado en la pared, oyéndolo todo.
- Haya paz, haya paz... -suplicó Amine, agotado del rumbo que llevaba la conversación.

De repente, oímos unos gritos, era la jefa de estudios, Anna Looper, la señora más estricta que había conocido en mi vida.
- ¡Niños, deberíais estar con el resto de alumnos! ¡Id ahora mismo si no queréis estar castigados el primer día! -chilló.
- Sí, señorita Looper... -con la cabeza gacha.

Volvemos con el resto de alumnos y profesores, el nuevo director no había acabado aún su interminable discurso. La señorita Looper no nos quitaba la vista de encima. Me sentía realmente incómoda.
Tras media hora el nuevo director dió por finalizada la charla, no sin antes advertirnos de una cosa. "Las cosas van a cambiar mucho con mi llegada, os lo aseguro".
Las puertas del internado se abrieron, en el pasillo principal estaban colgadas las listas con las clases, las habitaciones y los horarios que nos iban a tocar.
- Oh, que mala suerte, me ha tocado con Cassie y sus perritas falderas... -dijo con tono despectivo una voz, la voz de Fiona.
- Yo también me alegro de verte, señora de Shrek -le guiñé el ojo y la empujé levemente con la cadera para poder ver las listas tranquilamente.
- Tendrás noticias mías; bonita, esto no va a quedar así. -miró a Yasmine, su amiga-criada y se disponía a marchar.
- ¿Noticias tuyas? ¿En la sección de anuncios como chica de compañia del periódico? -la miré de reojo y sonreí.
Se fue derribando a todo ser humano que se cruzase en su camino.
- Vaya mala leche que tienen algunas -Blake enarcó una ceja, mirándome.
- Se lo merece... -susurré- Bueno, vamos a ver.... -pasé el dedo por las hojas de las listas buscando mi nombre- Aquí. Clase C. Me toca con Hugh, Blake, Cloe y Fiona.
- ¿Y los demás? -preguntó Amy.
- Em.. tú vas al A. Con Dana, Mike y Yasmine. Y mi hermano, Kate, Amine y Drew juntos al D.
- Ahora miremos donde y con quien nos tocará dormir -sugirió Cloe.

Las habitaciones se distribuyeron de esta manera:
[ Cloe y Dana ]
[ Hugh y Amine ]
[ Blake y Mike ]
[ Alex y Drew ]
[ Kate, Yasmine y Fiona ]
[ Amy y yo ]

Los conserjes nos dieron a cada uno la llave de la habitación que nos tocaba. Dejamos nuestras cosas allí y nos dirigimos a la clase que nos tocaba, para conocer a los nuevos profesores que nos iban a dar la chapa (unos más que otros) durante el curso. Tocaba educación física. Blake me acompañó al gimnasio, al encontrarnos por el pasillo. Vi una sombra que me resultaba muy familiar, era el nuevo profesor. No lo veía muy bien ya que estaba al fondo, rodeado por mis compañeros. Su voz. Su voz me hizo retroceder en el tiempo, el verano que se había acabado para mi ayer mismo. Un chico. Aitor. Mi amor de verano, como se suele decir en las revistas para adolescentes. El chico con el que pasé el mejor verano de mi vida. Él. Era él.

- Hola... -asombrada todavía por aquel reencuentro- ...Aitor.
- Oh. -me miró detenidamente, como si fuese un espejismo y quisiese descubrir si estaba loco o era cierto lo que veía.
- ¿Os conocéis? - preguntó Blake, mirándonos a los dos, perplejo.
- Sí, bueno no, eh... tal vez. -nerviosa.
- ¿Tal vez? ¿Consideras eso una respuesta? Si cuando digo que a las mujeres no hay quien las entienda es por algo... -se rascó la cabeza.
- Somos amigos, nos conocimos en verano... - finalizando el circo que se había formado a nuestro alrededor- Bueno chicos, soy el nuevo profesor de gimnasia. Para ser sinceros no iba a ser yo, porque no tengo títulos, pero al final me cogieron, era tenista profesional y tenía muy buenas referencias. Asi que... aquí estoy.
- En otras palabras, viniste a parar aquí por enchufado porque no te fue muy bien con el tenis - dijo Blake.
- A las mujeres no las entenderás, pero leer entre líneas se te da estupendamente chaval.

Estuvimos toda la clase haciendo ejercicios en parejas, Blake y yo nos pusimos juntos. Después nos tocó hacer algunos juegos por equipos. En el equipo contrario estaba Fiona, bien. Una oportunidad bestial para quitarme el estrés que tenía desde que oí la voz de mi... de Aitor.
Jugamos a balón prisionero. Mi equipo iba ganando, en el campo contrario sólo quedaban Fiona y Hugh. Les tocaba tirar. Fiona cogió el balón. Me miró. Sonrió descaradamente y... ¡BOOM! El balón se estrelló en mi cara, un balón de baloncesto es el que se había usado para el juego, por lo que no me estrañaría nada haber perdido algún diente por el camino a la enfermería.

Estaba aturdida, no logré poner orden en mi cabeza hasta un tiempo después. Estaba mareada. Unas voces me sacaron de mi atolondramiento. Una era la de Blake. La reconocía por el tono burlón de sus palabras. La otra era de una mujer, seguramente la enfermera. Y la otra... desgraciadamente la de Aitor. Era la última persona que quería ver en ese momento. Ya me costaba bastante hablar coerentemente cuando estaba cerca de él, ahora encima se sumaba el golpe en mi cabeza.

3 comentarios:

  1. MEee gustaa muuchoo :D!! Gracias por pasarte cielo, y me gusta que te encanten mis histoorias :D! Te siigo, espero que tu tambien :D! Te dejo mi link:
    http://renesmeehistoria.blogspot.com/
    Graciaas :D! Un besito enorme!!!

    CarmenL

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